Un hombre del campo robo una docena de chivos, y pasa
que diera cuenta de ello fue citado a la justicia.
Llamó a su compadre y le pregunto cómo
podía defenderse ante el juez, de suerte que no recibiría ningún castigo.
No se preocupe le dijo el compadre. A
cada pregunta del juez comience a berrear como un chivo.
Cuando estuvo ante el tribunal, el juez
pregunto.
¿Por qué usted se robo los chivos?
Y el hombre contesto: ¡beeee!
No, señor, asi gritaban.
Al final lo arrestaron y lo mandaron a la
cárcel.
Elaborado por: Bengy Huamani Anccana